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Foto del escritorSecretaría de Doctrina JNP

Preguntas y Respuestas

Actualizado: 14 may



Este artículo es parte de las posturas oficiales de nuestro colectivo, por lo que se irán ampliando progresivamente.

1. ¿Son un partido político?

Actualmente somos un colectivo político y cultural con aspiración en el corto y mediano plazo a conformar un partido político que pueda participar en elecciones democráticas.

2. ¿Son de Izquierda?

No, no somos de Izquierda. Pero no estamos cerrados al diálogo con aquellas agrupaciones que, autodenominándose de izquierda, reconozcan en el nacionalismo la vanguardia del pensamiento peruanista. Mientras que rechazamos todo diálogo con las izquierdas liberales progres o llamadas caviares, así como rechazamos todo diálogo con las izquierdas dogmáticas que siguen enclaustradas en viejos anatemas, y que algunas en los peores casos, no tienen ningún descaro en defender posturas abiertamente pro-senderistas. Rechazamos a la izquierda caviar y a la izquierda dogmática, ya que sus discursos ya no tienen nada que ofrecer al renacimiento nacional.

3. ¿Son de Derecha?

No, no somos de Derecha. Pero tampoco nos cerramos al diálogo con aquellas agrupaciones que, autodenominándose de derecha, reconozcan que el liberalismo es una ideología desgastada en la política histórica y en la praxis gubernamental peruana y es el verdadero enemigo a combatir en la arena política democrática, como causante de gran parte de la reacción de izquierda dogmática en la historia política nacional, por su miopía en cuestiones de equidad social y económica. Por ello, rechazamos todo diálogo con la derecha neoliberal representada en el fujimorismo. Y con mayor razón rechazamos todo diálogo con la derecha libertaria cuya visión extremista de mercado es incompatible con nuestra postura equilibrada. Rechazamos a la derecha liberal y neoliberal, por ser la causante del deterioro político peruano, en su actitud de vendepatrias y de histórico vínculo con la corrupción en el Perú. Y rechazamos a la derecha libertaria por sus posturas irrazonables en materia de cuestión social.


4. ¿Son de Centro?

No, tampoco somos de Centro, ya que en la praxis la postura política de centro muchas veces oculta simplemente una actitud de fatiga y abstencionismo (que puede degenerar en una neutralidad cómplice) en sostener una postura política consecuente de izquierda o derecha ante la desconfianza generada por propia mano del sistema político, y que muchas veces termina por negar la validez del sistema en si mismo, pero sin proponer nada en su lugar. El de centro es de centro, principalmente, porque considera que, tanto izquierdas y derechas están equivocadas y que entre ellas no puede haber ningún diálogo. Sin embargo, nosotros partimos de la visión en que (sin perjuicio de los matices y claras diferencias y disyuntivas) entre izquierdas y derechas (al menos en el plano de las ideas, las teorías y los programas) puede haber diálogo y existir puntos de coincidencia que pueden a su vez justificar una mediación, sobre todo cuando se encuentran en el espacio común del anti-liberalismo, en el neodesarrollismo, el anti-caviarismo, el conservadurismo sano y en el nacionalismo. Conforme a todo ello, queda claro que no somos de centro, porque frente a las izquierdas y las derechas, tenemos nuestra propia postura política, nuestras propuestas de gobierno, nuestra filosofía, nuestro humanismo nacionalista, es decir, no somos abstencionistas y neutrales frente a izquierdas y derechas, sino que oponemos a sus predicas nuestras propias ideas, generando un sano debate. Finalmente, así como criticamos el actual sistema político, pero proponiendo uno nuevo en su lugar, el ideal de una Segunda República Peruana.

5. ¿Si no se consideran dentro del espectro político tradicional lineal Izquierda-Derecha? ¿Dónde se encuentran?

Somos de Alto, que es la postura popular, que sería un espectro vertical, ya que el pueblo como tal no se identifica de pleno con ideologías de izquierda o derecha, el pueblo es pueblo y mira a los partidos desde el acantilado político, desde una visión panorámica, por encima de lo que se le presenta en el tablero político, generando adhesiones firmes y duraderas cuando se cumple con las expectativas populares y rechazos firmes y sancionadores cuando es traicionado. Pero también adhesiones momentáneas que duran la emoción de campaña y rechazos temporales que se convierten en nuevas adhesiones. Ese es el pueblo en toda su sencillez y complejidad. El pueblo no aboga por posturas determinadas en el espectro político, sino que brega más por ideales e ideas fuerza de libertad, orden, justicia y valores morales, que en tanto ideales son trasversales a las posturas políticas y que las trascienden y son superiores a estas. El pueblo apoyará la opción política que mejor sepa representar estos ideales metapolíticos. Nuestro espíritu de diálogo interpolítico y de superación patriótica va acorde con la construcción de esta nueva postura en la teoría y la práctica política nacional. Si como peruanos no podemos crear posturas nuevas acorde a nuestro contexto peruano particular ¿Qué clase de patriotas seremos para la nueva era? La nueva era del renacimiento nacional no será de mera repetición sino de creación heroica y si se quiere de repetición creativa. Por ello es que los actores del Alto son los –(i) ciudadanos de a pie, (ii) los decepcionados de los espectros políticos tradicionales y (iii) los de Izquierda o Derecha (iii)– que han tomado conciencia que hay ideales superiores que trascienden a sus posturas políticas, generando mediaciones que deben de primar a la hora de los debates y del establecimiento y ejecución de las políticas de Estado.



6. ¿Son Liberales?

Rotundamente no, consideramos que el liberalismo en el Perú ya cumplió su ciclo histórico, lo cual se ha hecho más evidente en el desgaste de la propuesta neoliberal y en el fracaso del goteo del bienestar. Somos críticos con el liberalismo por su predica individualista en lo socio-político y en lo económico, crítica que se hace extensiva a las demás ramas del liberalismo que refrenden esa naturaleza del Estado mínimo y disociado de las cuestiones sociales apremiantes, todo ello por una fe ciega en el reajuste automático de las dinámicas del mercado que pretende reemplazar las políticas de ajuste social desde el Estado. Sin perjuicio de lo mencionado, el liberalismo (que en el Perú se expreso principalmente en el Civilismo; y en su forma neoliberal en el Fujimorismo) como teoría política es parte de nuestras reflexiones críticas para el estudio del desarrollo de las ideas políticas en el Perú y su impacto en el ámbito gubernamental.

7. ¿Son Comunistas?

No, porque el comunismo es la utopía de un tipo específico de socialismo, el socialismo marxista. Y nosotros somos críticos con el socialismo marxista, principalmente por el reduccionismo clasista del marxismo tradicional (Laclau, 1977), que invisibiliza y en el peor de los casos niega otros factores que también son importantes a la hora del análisis de la realidad humana, como son (i) el valor de la persona en tanto persona frente a la colectividad (en la llamada crisis del humanismo marxista en los socialismos reales); (ii) la importancia de las convicciones religiosas en el desarrollo personal y colectivo de las sociedades (en el ateísmo de Estado); y (iii) el valor de las identidades étnicas a la par de las identidades de clase. Todo esto sin perjuicio de ser parte de nuestras reflexiones para el estudio del desarrollo de las ideas políticas en el Perú (como fue el caso del pensamiento de José Carlos Mariategui) y su impacto en la formación de los movimientos sociales y la lucha por justas reivindicaciones populares en nuestro país que no por ello tienen que ser monopolio del socialismo marxista y los movimientos de izquierda que se adhieren a dicha teoría política.

8. ¿Son Socialistas?

Depende, si por socialismo se entiende la propiedad colectiva de los medios de producción, entonces no lo somos, en cambio, si por socialismo se entiende una participación activa del Estado en la economía y la política de la nación, para asegurar la equidad social y el mayor empoderamiento de los trabajadores (sean empresarios o asalariados) sin por ello significar la anulación del principio de propiedad privada y mucho menos la libertad y la iniciativa personal (en el sentido Bismarckiano), se podría decir que en cierto sentido, y con los matices del caso, tenemos una inspiración u orientación socialista, y ello es porque el socialismo es un espectro más amplio y flexible de interpretación política que el comunismo que es más limitado y restringido. Si socialismo y comunismo gozaron en algún momento de un estándar de términos análogos y hasta indisociables por la impronta del marxismo, esto tuvo sus matices, ya que para los que tienen algún conocimiento de la historia universal de las ideas políticas, no es novedad el hecho que hubo un socialismo no marxista, un socialismo anterior a Marx, el llamado socialismo cristiano, así como también un socialismo antimarxista, socialismo (a la par o) después de Marx, el llamado socialismo de Estado (Bismarck, Lorenz Von Stein) o socialismo de derechas, eminentemente conservador que surgió como respuesta al socialismo comunista de izquierda marxista. Sin perjuicio de todo lo expuesto, preferimos no adscribirnos oficialmente a la corriente socialista, dada nuestra primacía al elemento creativo sobre el repetitivo, y dejarlo solo como parte de nuestras reflexiones críticas (para el estudio de las ideas de figuras del socialismo peruano no marxista, como lo fueron Manuel González Prada, Victor Raúl Haya de la Torre y Juan Velasco Alvarado), siendo el nacionalismo nuestra idea orientadora primaria por sobre todas las demás ideologías políticas.

9. ¿Son Nazis o Fascistas? ¿Qué opinan de la llamada Tercera Posición a la que muchas veces se hace alusión cuando se referencia a estos movimientos? ¿Qué opinan sobre la Tercera Vía?

No, no somos ni nazis, ni fascistas, ni neonazis, ni neofascistas, filo-fascistas o cualquier análogo. Por la sencilla razón que no hay idolatría a la raza (Nazismo) o al Estado (Fascismo) en nuestro colectivo. Y hacemos énfasis en ello, porque presenciamos, en la práctica, como hay de aquellos que autodenominándose supuestamente fascistas, tercerposicionistas y como ni de izquierdas ni de derechas, pueden ser fácilmente identificados como de derechas filo-liberales, tan es así, que al final se vuelven funcionales al neoliberalismo (representado por el fujimorismo en el Perú), bailando en la periferia de este o se tornan sin descaro en libertarios, porque consideran que el anti-comunismo es la prioridad en la estrategia política, más no así el anti-liberalismo, siendo este su error garrafal. Si hubo un neo-fascismo peruano consecuente con su predica fue el Movimiento Acción Legionaria (2013-2016) que tuvo como antecedente histórico a la Unión Revolucionaria (1931-1969) de Luis.A.Flores. Después de estas dos experiencias, el fascismo en el Perú muere definitivamente como propuesta teórica y práctica. Por lo que este tampoco ya no tiene más que ofrecer al renacimiento nacional.


Por otro lado, la tercera posición, como término es contemporáneo, y nunca en realidad fue usado por los fascismos europeos del Siglo XX, es un término que nace en la propuesta del Peronismo argentino (que si bien tuvo admiración e inspiraciones fascistas no se puede resumirlo en un acápite del mismo por su desarrollo histórico) y que encontró más sentido en el marco geopolítico del Tercermundismo y del Movimiento de Países No Alineados. Hasta el propio Velasquismo peruano se guío bajo la premisa de «Ni capitalista, ni marxista-leninista», pero en el entendido de ser una propuesta nacionalista, humanista y socialista cristiana. Es a posteriori que el término de tercera posición se usa como paraguas de todas aquellas propuestas que rehúyen encajarse en dicotomías (p.ej. Izquierda/Derecha; Capitalismo/Comunismo; Individualismo/Colectivismo), lo cual, por su naturaleza, es claro que no se circunscribe al fenómeno del fascismo exclusivamente.

En torno a la llamada tercera vía, si la tercera posición parte de la negación, es decir, niega su participación en las dicotomías, la tercera vía es precisamente lo contrario, ya que parte de la afirmación de las dicotomías y formula sus propuestas desde una de ellas, como es el caso de la socialdemocracia desde la izquierda (centro-izquierda), o del socioliberalismo desde la derecha (centro-derecha), que, con los matices del caso, y por lo general, abogan por sistemas mixtos de economía que combinan elementos del socialismo y del capitalismo, con énfasis en uno o en otro según sea su marco interpretativo. Ya que reconocemos que el espectro de ideas que abogan por sistemas mixtos es amplio, y no necesariamente los que se adscriben a la tercera vía abogaran necesariamente en todos los casos por sistemas mixtos y viceversa. Ya que como veremos en la pregunta 16, nosotros también tomamos postura a favor de un sistema mixto en economía sin ser de tercera vía.


A diferencia de la Tercera Posición y la Tercera Vía, nosotros ni negamos reaccionariamente, ni aceptamos las dicotomías como la inevitabilidad histórica, respectivamente, solo las re-conocemos como parte de la realidad política. Reconocer para, a través de la reflexión crítica, superar y generar nuevos esquemas políticos y económicos.

Sin perjuicio de todo lo visto, y para el tema exclusivo del fascismo, como teoría política, este también es parte de nuestras reflexiones críticas (ya que en el Perú este se expreso en el Urrismo y el Neofascismo peruano antes precisado), lo mismo con el tema de las terceras posiciones y las terceras vías (sobre esta última, las terceras vías, en el Perú se expresaron en la Democracia cristiana –Hector Cornejo Chávez–, el Populismo cristiano –Luis Bedoya Reyes–, el Acciopopulismo –Fernando Belaunde Terry– y el Aprismo en su fase alanista –Alan García Peréz–).

10. ¿Si no son liberales, comunistas o fascistas? ¿Qué son? ¿Cuál es su ideología política?

En primer lugar, y en lo político y económico, somos (i) nacionalistas y patrióticos, en segundo lugar, y en lo social y cultural, somos (ii) crisolistas, y en tercer lugar, (pero no por ello menos importante, sino, al contrario, piedra basal que orienta toda nuestra doctrina) estamos inspirados en lo ético social por el (iii) pensamiento cristiano y el pensamiento andino. Estos tres aspectos constituyen nuestra ideología. De estos tres el aspecto más novedoso sería el crisolismo, que es una teoría política del Perú del Siglo XXI, que busca formularse como un proyecto de (4ta) Cuarta Teoría Política Peruana, derivado de las investigaciones del Centro de Estudios Crisolistas, de donde obtiene su nombre. Entendiendo que las otras tres teorías revisadas críticamente por el crisolismo y que este pretende superar (para actualizar posturas válidas que desde sus aristas hayan podido tener, purificándolas con el pensamiento social cristiano y andino que les es superior, para rechazar firme y totalmente todos sus errores históricos en la construcción de la idea de una nueva nación peruana), son el liberalismo peruano (1er teoría política peruana), el socialismo peruano (2da teoría política peruana) y el fascismo peruano (3er teoría política peruana), cuyos representantes históricos los tuvimos en el Civilismo, el Mariateguismo y el Urrismo, respectivamente.

Si se pretende resumir nuestra ideología en una sola palabra, podemos decir que, en ánimo de creación heroica: somos crisolistas. Abogamos por el crisolismo como ideología peruana, creada por peruanos para resolver problemas peruanos ¿Y qué es ser crisolista? No es otra cosa que ser peruanista y decididamente nacionalista, patriótico y parte del vanguardismo social cristiano y andino. Luchar por la restauración de la libertad, el orden, la justicia y los valores morales en el Perú.


11. En el plano de las reivindicaciones culturales: ¿Son hispanistas o indigenistas?

Si por hispanismo e indigenismo se entienden narrativas supremacistas (hispana y andina, respectivamente) que se niegan entre sí, limitadas al romanticismo idílico del retorno al Virreinato o al Tawantinsuyo; de leyendas negras y rosas, en donde los pueblos precolombinos no eran nada más que bárbaros antes de la conquista y el conquistador fue el paternalista protector de indígenas enviado de Dios que les trajo cultura, o a la inversa donde los quechuas y demás pueblos andinos vivían en un edén en la tierra y el conquistador y todo lo que trajo consigo fue el supremo mal encarnado; del nada que celebrar o por el contrario del nada por lo que pedir perdón, si es en ese sentido que se entiende a estos conceptos: somos decididamente anti-hispanistas y anti-indigenistas. En cambio, si por hispanismo se entiende la sana valoración de la cultura hispana y su integración a nuestra propia identidad cultural por motivo de sincretismo, y así también se entiende al indigenismo como la renovación de la fuerza telúrica originaria de nuestros ancestros que impulsa y da carácter propio a nuestra identidad nacional, entonces somos decididamente hispanistas a la ves que indigenistas, y eso es porque la idea que prima es la del peruanismo, síntesis viviente de lo ancestral y vernáculo con lo ibérico y lo hispánico. En síntesis: somos peruanistas.


12. En el plano de las formas de Estado y de Gobierno, respectivamente: ¿Son Republicanos o Monarquistas? ¿Demócratas o Aristócratas?

Somos decididamente republicanos, consideramos como cierto y certero el Imperio de la Ley que emana del poder del pueblo, cuando dicho imperio esta correctamente constituido. Por ello, consideramos que la formula monárquica para el Perú es un debate cerrado y sacramentado en los albores de la fundación de la nación peruana y (sacarlo del debate académico para) ponerlo en la palestra política al día de hoy no es sino un despropósito que distrae la opinión pública de los temas más urgentes y apremiantes que importan a las grandes masas populares. Pero no escatimamos en precisar que nuestro ideal de república, no es la república liberal. Sino la república romana y la asamblea andina o Camachico. Por ello esto no nos impide valorar el pasado imperial del Perú como parte de nuestro ser nacional. Una República también puede ser un Imperio de cultura, orden y trabajo. Por otro lado, somos decididamente demócratas, complementando ello con un espíritu meritocrático. Consideramos como cierta y certera la voluntad popular cuando esta correctamente orientada, por ello consideramos que esta debe estar bien representada por personas consecuentes en términos éticos. Siendo que, de nuevo, nuestro referente no es la democracia liberal, sino la democracia no-liberal o iliberal. Por ello, consideramos que la aristocracia (del mérito y la virtud) ya no existe más y ha sido reemplazada por una aristocracia del dinero, tornada en plutocracia que, en aras de controlar al pueblo y mantenerlo en la ignorancia, son génesis de cleptocracias, oclocracias y kakistocracias.

13. ¿Qué opinan sobre el Aborto? ¿Son Pro-Vida o Pro-Aborto? ¿Celestes o Verdes?

Somos objetivos, lo cual implica no sostener posiciones extremadas, por ello nos encontramos a favor de una mejor reglamentación del aborto terapéutico (el caso en donde la vida de la madre corre peligro), y de una posible y futura reglamentación de un supuesto de excepción como lo es el aborto en caso de violación sexual de menores de edad. Por exclusivas razones estructurales y de salud pública.

En ningún caso apoyamos el aborto incondicional e irrestricto (sin mediar supuestos de excepción, y que no necesita más justificación que la voluntad expresada de no tener un hijo a pesar de, como puede serlo, de la existencia de una relación sexual plenamente consentida), como lo vienen sosteniendo diversos sectores del feminismo radical en el mundo, en tanto configura un crimen abierto y doloso contra el concebido.

A esto vendrá la pregunta: ¿No es igual un crimen contra el concebido el aborto terapéutico y el aborto en caso de violación sexual también? En efecto, se está atentando contra la vida del concebido, pero son excepciones a la regla general (a la regla general que nos dice que el concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece, articulo 2 de nuestra Constitución, concordante con el artículo 1 del Código Civil), de última instancia y por ende como prerrogativas singulares ante un drama humano y un problema de salud pública. Nosotros nos mostramos totalmente en contra a tratar una excepción como regla general, como pretende el feminismo radical.

14. ¿Qué opinan sobre el Matrimonio Homosexual?

En contra, por la razón de que el matrimonio cumple una función social. La igualdad es entre iguales (por la misma razón que no puede dársele el trabajo de controlador de tráfico aéreo a un ciego), y la institución creada para cumplir ciertas funciones sociales como el matrimonio, no puede otorgársele a personas que no podrán satisfacer la finalidad por la cual dicha institución fue concebida: el espacio para la procreación de la especie y la socialización de niños y niñas. Por esta razón la figura del matrimonio no puede estar disponible para este sector de ciudadanos. Lo mismo aplica por añadidura a la figura de la adopción homoafectiva, es decir, cuando una pareja del mismo sexo quiere adoptar niños, lo cual, por lo expuesto, también les estaría vedado, ya que siempre ha de primar el interés superior de los niños, y su derecho a tener una familia donde puedan socializar sin la intrusión de una visión divergente de paternidad que pueda confundirlos a una temprana edad.

15. ¿Qué opinan sobre la Eutanasia?

Consideremos que esta prerrogativa estatal (ya que no existe derecho a la muerte, aunque en la doctrina se maneja otras categorías sujetas igual a análisis crítico, como el derecho a una muerte con dignidad), debe reservarse para casos muy excepcionalísimos, lo cual tendría que pasar por un proceso de evaluación sumamente riguroso, por lo que no concordamos con la figura de una eutanasia irrestricta, es decir, aquella que no necesita más justificación que la voluntad expresada de morir, y la cual no requiere del permiso del médico.


16. En el plano de las ideas económicas. ¿Son partidarios del Capitalismo? ¿Son partidarios del Socialismo o alguna forma de Comunismo? ¿Qué opinan del Corporativismo? ¿Qué opinan del Nacionalsindicalismo? ¿Qué opinan del Cooperativismo? ¿Qué opinan del Distributismo? ¿Por cuál sistema de economía abogan?


En primer lugar, comenzaremos por la última pregunta, dejando precisado que nos mostramos a favor de (es decir, abogamos por) toda forma de economía mixta, en el entender amplio y no restringido de dicho concepto, como un sistema de organización económica en el que se combina la actuación del sector privado con la del sector público, siendo este último el que actúa como regulador y corrector del primero. Dicho de forma sencilla, el aseguramiento y fomento de la libertad en el Mercado, de la mano de la protección y búsqueda de la equidad social desde el Estado. Un sano equilibrio entre la libertad económica y la justicia social. Siendo por esta razón que consideramos que el vigente modelo de Economía Social de Mercado para el Perú es adecuado para su actual contexto socio-histórico, pero que necesita de mejoras urgentes para reafirmar la visión social que le es inherente a su teoría original y que la población más vulnerable en la praxis ve como ausente o mermada por la influencia negativa de la visión neoliberal que el Fujimorismo le imprimió en su ejecución e implementación a la hora de re-introducir el modelo en la Constitución económica de 1993. Teniendo en cuenta este marco de referencia, la respuesta puntual a las preguntas restantes seria como sigue:


Conforme a lo desarrollado en las preguntas de la 7 a la 9, y en primer lugar, respecto al capitalismo, esta claro que somos críticos y antitéticos con el capitalismo liberal y neoliberal (por estar sustentados, con los matices del caso entre visiones liberales, en el individualismo egotista, el Estado mínimo y la auto-regulación o reajuste automático de las dinámicas del mercado, visiones que consideramos en actual decadencia y desgaste irreversible; la visión liberal decadente en el crac bursátil de 1929 en adelante, y la neoliberal, en constante desgaste en el fracaso del goteo del bienestar del año 2000 en adelante), más reconocemos que el capitalismo (propiedad privada sobre los medios de producción y modo de producción derivado de dicho régimen) no siempre fue exclusivo del liberalismo (en referencia al capitalismo mercantil que va a superar el feudalismo), así como también es fácil reconocer que el mercado es anterior al mismo capitalismo, teniendo así que, el capitalismo liberal como tal, propiamente dicho, se identificará en tiempos modernos, más estrictamente, con las dos últimas etapas de desarrollo histórico de este sistema económico, en ello, el capitalismo industrial y el capitalismo financiero. Siendo por ello que, reconocemos la existencia actual de otras formas de capitalismo que son críticos con la visión liberal y neoliberal de orientar el sistema capitalista, a partir de la dinámica económica de las potencias emergentes que buscan seguir caminos diferentes en ejercicio de un concepto de soberanía económica en auge, como pueden ser p.ej. los capitalismos sociales (Países Nórdicos; es de mencionar que la economía social de mercado, como sistema económico, pertenece al espectro de capitalismos sociales), y los capitalismos nacionalistas dirigidos o llamados iliberales (Rusia, Japón, Singapur, Corea del Sur, Hungría, Turquía, etc.). Bajo estas experiencias la propiedad sobre los medios de producción sigue siendo privada, pero hay una fuerte intervención por parte del Estado en sectores estratégicos de la economía nacional así como políticas sociales de amplio alcance para corregir los efectos negativos de la competencia. Siendo que nos mostramos receptivos de estas formas de capitalismo social y no-liberal o iliberales, sin por ello dejar de reconocer en el capitalismo un sistema económico que en algún momento deberá de ser superado, así como el feudalismo fue en su momento superado por el capitalismo, lo propio deberá acontecer con este último por otras formas superiores de economía. No aceptar esta última posibilidad va en contra de toda historia del pensamiento económico.


Segundo, en lo que respecta al socialismo económico (propiedad colectiva de los medios de producción y modo de producción derivado de dicho régimen), seremos más claros, somos críticos y antitéticos con las experiencias que se dieron bajo la égida del llamado socialismo real es decir del socialismo marxista clásico y su desarrollo y práctica en todo el tiempo que duró el experimento socialista en el mundo, desde 1917 hasta el fin de la Guerra Fría con la caída de la Unión Soviética, el derrumbe del Muro de Berlín y el final del bloque del este en 1991, hechos tangibles y palpables que probaron (en la praxis) que el socialismo real fracasó en el total desarrollo de las fuerzas productivas, más reconocemos que hubo un socialismo no marxista (p.ej. el socialismo conservador o llamado socialismo de Estado de Bismarck), así como –luego de la caída de la URSS– un posterior socialismo actualizado que no vio ninguna dificultad en (no solo reconocer las incompletitudes respecto de algunos acápites de la teoría marxista clásica sino también la vigencia de partes importantes de la misma como la teoría del valor trabajo y su complementación con una visión objetiva de la teoría subjetiva del valor, lo que permitió) integrar a su planteamiento la dinámica de la economía de mercado, como fue el caso, p.ej. del socialismo de mercado chino y vietnamita. En lo que respecta a nuestra postura, es por ello que, nos mostramos receptivos a estas formas de socialismos de Estado y socialismos actualizados, en tanto que no niegan la economía de mercado que por ello ya dejó de ser exclusiva del capitalismo, en tanto que la economía de mercado entendida como la dinámica de libre fijación de precios por las leyes de la oferta y la demanda, ahora también la vemos en economías en donde la propiedad de los medios de producción es eminentemente pública como en China. Por otro lado, esto tampoco implica necesariamente que el socialismo actualizado sea la única y más acabada alternativa frente al capitalismo, ya que ello sería negar la historia del pensamiento económico, que se encuentra en constante desarrollo, pudiendo surgir otras alternativas que no necesariamente vengan desde el socialismo económico actualizado, es decir, desde el socialismo de mercado.


Sobre el comunismo, así como la utopía del liberalismo es el libre mercado (ninguna o una irrisoria intervención o regulación por parte de los Estados en la economía); la utopía del socialismo marxista clásico es la sociedad sin clases que es el comunismo (la etapa superior del socialismo científico). Nosotros no somos utópicos en economía sino, pragmatistas, nos guiamos por el principio de la praxis, por lo que no podemos opinar de una especulación metafísica que como tal tiene su respuesta en un tiempo indefinido. Razón por la cual no somos partidarios de ninguna forma de comunismo.


Tercero, y partiendo de lo dicho en la última parte del tercer párrafo de la presente, hubieron otras alternativas tanto al capitalismo como al socialismo, como lo fue en su tiempo el corporativismo del fascismo, pero que por su praxis corta de tiempos, en sus breves 21 años (1922-1943), solo brindó claves estratégicas de como estructurar una economía de guerra, más no una economía de paz, por lo que salvo ejercicios y enseñanzas puntuales, consideramos que la propuesta corporativista ha quedado desactualizada y desfasada al contexto actual de la dinámica económica mundial, solo pudiendo brindarnos alguna que otra moral económica en su pretensión de armonizar los conflictos de clase en los llamados sindicatos verticales, sin embargo, aún así, esto último no deja de estar afectado por el desfase temporal y por la misma praxis del sindicalismo pos-segunda guerra mundial. En pocas palabras, la propuesta corporativista, yace en el baúl de la historia y los neofascistas de hoy, no han dedicado ni un ápice de esfuerzo en actualizarla.


Continuando con otras experiencias críticas con el capitalismo y el socialismo, ha sido el caso del nacionalsindicalismo, cuya propuesta económica ha recibido una fuerte actualización de la mano del abogado sindicalista Jorge Garrido San Román, cuya obra intitulada Manifiesto Sindicalista: propuestas para una economía alternativa viable al capitalismo del siglo XXI: el nacionalsindicalismo, ha demostrado ser una interesante propuesta a tener en cuenta. Siendo que nos mostramos receptivos a la propuesta nacionalsindicalista.


Finalmente, al margen del marco capitalista, socialista y corporativista (ya que se tiene registro de experiencias cooperativas en los tres sistemas), tenemos las vigentes experiencias del cooperativismo y del distributismo cristiano, este último vigente en experiencias agropecuarias, y el primero en materias de producción de bienes; de servicios; de ahorro y de crédito. Siendo que abogamos por estos sistemas de economía de menor escala como buenas alternativas de transición a formas y regímenes más humanos de economía, aunando como colofón a todo lo ya visto a lo largo de la presente, el buscar integrar el conocimiento económico vigente con la sabiduría ancestral andina, en los principios de reciprocidad y redistribución. Son estos dos principios los que dieron forma al Tawantinsuyo como Imperio Hidráulico (en referencia al servicio y al sistema de administración del agua en el Imperio) que, con los matices del caso, sus vestigios, luego de casi medio milenio, aún siguen en funcionamiento hasta nuestros días, aun beneficiando a muchas poblaciones locales. Eso es por lo que luchamos, un sistema político y socioeconómico para la eternidad, es decir, para las futuras generaciones de peruanos.


Atte. Secretaría de Doctrina y Programa Político

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